El oxígeno que producen las plantas devora el metal de los autos.

Fotografia de Stephen Gordon:   https://www.facebook.com/stephen.gordon.9404
     

   A tres amigos que hacían un viaje de vacaciones hacia el litoral a mitad de camino se les terminó el combustible del auto. Encargaron a uno de ellos traer gasolina desde una estación  por la que habían pasado hace no mucho tiempo. Salió con la consigna pero nunca regresó porque se le acabó la sangre a medio camino y se quedó igual de estático que el auto. 

Los dos amigos cansados de esperar y ya con hambre salieron a merodear el entorno donde descubrieron apetitosas alhandas. Se atragantaron con la fruta y llevaron algunas para seguir mordisqueándolas en el interior del auto al amparo de su sombra. 
Arrojaron en forma displicente las semillas y se marcharon, pues añoraban llegar a su destino porque se les hacía agua la boca por darse un chapuzón en el mar. Abandonaron el auto con la intención de regresar pronto pero nunca lo hicieron porque en el mar fueron raptados por una sirenas que les enamoraron con sus encantos. Fueron felices, eran solteros, sin nadie que los extrañe en casa y en poco desde la isla a la que fueron llevados mandaron un mensaje en una botella que decía: “Estamos felices, no nos rescaten”.
Se respetaron sus deseos y aunque se hubiese querido salir a buscarlos, la empresa resultaría imposible porque no daban indicios de su ubicación los muy tontos. 
El auto pasó tanto tiempo abandonado que se oxidó y le brotó desde el interior una de las las semillas de alhandas hasta covertirse en un enorme y bello árbol. 
Otra versión que dan los viajeros al ver el extraño aspecto de este auto es que quien manejaba se quedó dormido y se salió repentinamente de la carretera y se dieron un tortazo contra este árbol mágico que en vez de quebrarse con el encontronazo dejó pasar el vehículo hasta la mitad y allí se quedaron suspendidos. Sobre este solicitaron a perito que dilucide; se trataba de un mecánico contactado para hurgar en el interior del vehículo pero no quizo hacerse cargo del incidente aduciendo que el tema era competencia más bien de un leñador.
Ambos se echan la pelotita, sin embargo lo que salta a la vista es que tienen miedo de este cuadro surrealista y prefieren dejar las cosas como están para regocijo del arte que ve en esta ocurrida situación motivo para deleitar la sensibilidad. 
Chevrolet 1976 contra un sauce, Volkswagen 2011 contra un Chevrolet, Audi del 82 contra un roble… son algunas de las posibilidades alternas del evento que podría repetirse. 
Usted, ¿de qué lado está? Plantas o Zombies.